sábado, 7 de julio de 2012

EL CRIMEN PERFECTO - Osvaldo Paiva

Según los expertos en criminalística hasta hoy no fue cometido el crimen perfecto, aún no fue hallada ninguna persona que haya cometido un delito alevoso, flagrante, a la vista de todos y que la justicia no pudo encontrar la forma de condenarla aún con pruebas, al punto que hasta la reputación del criminal no solo ha quedado intacta sino mejorada.

 Sin embargo en la iglesia cristiana ya se ha dado lo que hasta hoy no ha ocurrido jamás en el mundo, EL CRIMEN PERFECTO. Ni los más grandes mafiosos, ni los gobernantes más corruptos, ni los mejores estafadores de toda la historia han podido igualar la forma de enriquecimiento que han inventado los grandes “ungidos” y maestros del engaño del evangelio.

Sin armas de fuego, sin violencia, sin el uso de métodos ilegales; a cara descubierta, con absoluta tranquilidad, y sin necesidad siquiera de moverse, hacen que sus victimas acudan hasta ellos para darles su dinero, sus bienes, y hasta los endeudan para seguir quitándoles mucho más todo el tiempo posible. Lo extraordinario del caso es que, a pesar de que las pruebas que los sindican como estafadores son más que evidentes, jamás podrán ser condenados y enviados a la cárcel ¿Por qué? Porque el arma que utilizan para cometer sus crímenes es nada más y nada menos que LA BIBLIA.

 ¿Pero, cómo es que usan la palabra de Dios para robar su dinero a la gente? Aquí un ejemplo de tantos: “Entonces lo venderás y llevarás el dinero en tu mano, e irás al lugar que el Eterno tu Dios haya elegido. Allí DARÁS TU DINERO A CAMBIO DE LO QUE DESEES: vacas, ovejas, vino, sidra o cualquier cosa que desees. Y comerás allí ante el Eterno tu Dios, y te alegrarás con tu familia.” Deut. 14:25-26.

El predicador dice a sus oyentes: “¿Entienden lo que Dios les está ofreciendo? ¿Qué es lo que más deseas en tu vida? ¿Un auto nuevo, un negocio propio, la casa de tus sueños, que sanes de esa terrible enfermedad, o quizás la salvación de tus hijos, de tu cónyuge, de tus padres o hermanos? Cree en Dios por tu milagro y tráele una ofrenda de pacto en este altar AHORA MISMO y voy a orar al Padre para que lo recibas”.

¿Qué creen que pasa en ese momento? Indefectiblemente la gente se atropella y corre hacia el altar para dar todo lo que tiene, dinero, joyas, relojes, y en el lapso de unos pocos minutos se lleva un generoso botín que no será reclamado por nadie y libre de todo impuesto ¿No es digno acaso de figurar en el libro de records Guinnes? ¿No haría esto llorar de emoción a Al Capone?

 Pero esta técnica de robar con la Biblia la han ido perfeccionando los maestros del engaño. Por ejemplo algunos utilizan las visiones y sueños: “El Señor me ha dicho que aquí hay diez personas que tienen mil dólares y deben traerlos aquí ahora mismo porque van a recibir una bendición muy grande, pero si se niegan a hacerlo Dios los va a maldecir, voy a contar hasta diez y será mejor que se acerquen porque el Señor ya los ha señalado” ¿Qué piensan que ocurre después? Pasan más de diez a dar ¡Increíble pero cierto!

Otros directamente ofertan durante los cultos toda una serie de amuletos cristianos como varas de Aarón, agua del Jordán, paños milagrosos, mantos de autoridad, aceites ungidos de Israel, chequeras de Abraham y otros tantos fetiches para recibir las bendiciones de Dios ¿Cuál es el resultado de esas subastas espirituales? Tienen tanto éxito que se agotan por eso ya las fabrican por cientos de miles.

 ¿Y qué sucede con las ovejas tontas o las cabras necias que pagan por su milagro, dan en obediencia o compran para su amuleto y no reciben nada? Pues el hábil estafador espiritual tiene la respuesta perfecta: “¿No recibió su milagro? Dios no le dio porque no tuvo suficiente fe” Y a otros les dice: “Satanás te robó la bendición”.

 ¿Qué les parece? ¿Cómo se hace para hacerle una querella a Dios por incumplimiento de pacto? ¿Dónde la policía podrá encontrar al diablo para meterlo en la cárcel por ladrón? Imposible, mientras los verdaderos ladrones y estafadores se dan la gran vida con el dinero limpio y dulce que han conseguido limpiando los bolsillos de los incautos ¡CON LA BIBLIA!

 “Esos falsos maestros desearán tener más y más dinero, y lo ganarán enseñando mentiras. Pero Dios ya decidió castigarlos desde hace mucho tiempo, y no se salvarán de ese castigo.” 2Pedro 2:3.